
La verdad es que no lo entiendo. Todo empezó como un común acuerdo de placer. Sé donde todo comenzó pero no sé donde diablos estoy parado ahora.
Camilo es alguien difícil de entender. Después de nuestro placentero encuentro, debo admitir me sentí muy confundido y si le sumo a eso la gran cantidad de dobles de él que he visto en la calle y en la micro, en pocas palabras me estoy volviendo loco. Loco por un exquisito niño con el cual compartí tan solo una tarde y se llevó algo de mí, que aun no se con exactitud que es. Quizá deba hacer un inventario de mis posesiones espirituales y reclamarlo de regreso.
Pero es difícil saber que pasa por su cabeza. El otro día sin aviso me habló por ese bendito programa de conversaciones, escribiendo un mensaje bastante poco entendible y al momento de preguntar no hace nada mejor que cerrar la sesión. Es que en verdad ese tipo me tiene la cabeza hecha un puzle a medio hacer.
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