25.6.10

Cogito ergo sum


Muchas veces me he preguntado si pensar está bien. No es necesariamente porque mi deseo sea ser un mediocre. Para nada esta interrogante nace de este fundamento.
Es sólo que siempre me he fijado que las personas que no piensan son de alguna forma son más felices que las que sí lo hacen. Eso es porque según mi forma de ver las cosas el pensar nace de la duda, la cual te lleva a cuestionar y buscar una respuesta, la cual no siempre nos gusta.
El conocimiento en estos días es aterrador. Porque lamentablemente saber las aberraciones que comenten nuestros pares son cada vez peores, la verdad acerca de nuestros gobernantes mundiales y locales. Cada una de estas verdades sólo han hecho querer ser extraterrestre y no vivir aquí.
Es por eso que me he cuestionado, si el hecho de pensar y cuestionarnos las cosas realmente nos hacen más felices que aquellos que viven en la ignorancia. Pero siendo ese el caso. ¿Es realmente eso una existencia? Con esto a mi mente llegan las palabras de Descartes quien dice “Primero pienso y luego existo”. Esto quiere decir que necesariamente las personas existen porque piensan en mayor o menor grado… Quizá ahí este la clave. En cuanto pienso, pero no puedo evitarlo no puedo evitar querer saber más.

16.6.10

De vuelta a casa.

La habitación está vacía. Mi cama deshecha como la dejé antes de irme al trabajo. En la ventana, el mensaje que escribiste con marcador. En la mesa de noche mi reproductor MP3 (es curioso porque acabo de darme cuenta que no lo llevaba, es mas, ni si quiera lo extrañé hoy).
Aún no ha oscurecido, por la ventana logro ver el barrio iluminado por las luces del crepúsculo anaranjado. Lastima que no recuerde dónde dejé mi camara fotográfica.
En mi me mente, hoy no están las ideas que suelen hacer de esta un lío. Por el contrario, hoy logro ver las cosas con otra perspectiva, quizás mi compañero nicotinoso hace bien su trabajo.
Lo cierto es que te extraño y que estoy aguantando las ganas de llamarte para no molestarte mientras trabajas y peor aún... No quiero extrañarte el doble cuando corte la llamada.