Manías

Siempre he tenido muchas manías, algunas más extrañas que otras y otras tantas un tanto locas. Cuando tenía cinco años antes de entrar a la escuela daba tres vueltas antes de entrara a la sala de clases (mamá me llevó donde un doctor con el cual solo hablaba y jugaba, eso sí era raro). Cuando tenía ocho y durante un tiempo muy largo evité pisar las rayas del pavimento, cosa que a menudo suelo seguir haciendo. Cuando tenía trece años, mis manos debían estar siempre impecables, un jabón y guantes aun en verano eran mis compañeros todo el día. A los quince años decidí agradecer con beso en la mejilla a todo aquel que hiciese algo que me emocionara, agradezco no haber sido un niño demasiado emotivo ya que hubiese sido algo bastante vergonzoso y solo besé a unas cuantas personas.
Cuando cumplí diecisiete, me dije a mismo que cada vez que mirase a alguien y no supiese que decir, le dedicaría una sonrisa y así lo he hecho hasta ahora. Pero últimamente tengo una manía un tanto extraña aun para mi, suelo hablar con un pseudo gemelo, una especie de alter ego, con el cual mantenemos largos debates y conversaciones un tanto complicadas y existencialistas.
Quizá estoy creando personalidades múltiples y me este volviendo loco, pero ¿Quién sabe? Tal vez solo sea otra loca manía de ser diferente o hacer algo especial.

This is my pledge to you

Las olas de la playa en invierno mojaban nuestros pies mientras ambos mirábamos la puesta de sol, disfrutando uno de esos escasos días despejados propios de la estación.
-¿Seguro que volverás?.-dijo sin apartar la vista del ocaso.
-Volveré en cuanto pueda. Por favor no hagas esto más difícil de lo que ya es.- apoyé mi cabeza en su hombro y así nos quedamos un rato.
-Pero...- no alcanzó a decir nada más por que sus labios fuero ahogados por los mios.
-Volveré. Y no digas más por que sé que si me dices que me quede contigo lo haré sin pensarlo, pero es por el bien de ambos serán dos años dificiles pero es uno de mis sueños, dejame ir a estudiar pediatría. Y te prometo que todas las vacaciones y los fines de semana largos vendré aunque me cueste mucho regresar.- Su ojos eran inpeturbables, me miraba fijamente como si quisiese ver algo mas en mi buscando tan solo una pisca de mentira. Finalmente después de un rato volvió a mirarme con esos ojos cristalinos y en su rostro se dibujo esa sonrisa que tanto me gustaba.- Te exrañaré mucho.
-Y yo a ti, pero es presiso que me vaya.
-Lo sé y solo por eso dejo que lo hagas.-me besó.
-Te esperaré.- Y yo regresaré es una promesa.

Superado

Si, tú el que muere por besarme. Si, al que moría por besar. Al que soñaba cada noche queriendo un mundo para ambos ¿Sabes que tanto puede girar una vida? Pronto lo sabrás.
Pero no te iras, no te iras porque nunca llegaste, porque las decenas de invitaciones a mi cama las rechazaste, y ahora que me invitas a la tuya, yo ya no quiero, ni si quiera por quitarme un maldito empacho.
Pero bésame probemos si provocas en mi lo que siempre quise que provocaras, pero tócame con ganas y vehemencia aquí, donde nadie nos vea.
Besa el recuerdo de esos sueños que protagonizabas… ¡Pierdes! Pierdes tiempo, no eres el chico encantador que tenía toda mi atención. Este es mi cambio de camino, mi paso hacia la izquierda y es justo cuando tú miras a tu derecha encontrando a un idiota adelantándote y dejándote atrás caminando con la cara llena de risa y con la frente en alto.
¿Y qué hacemos ahora? ¿Llorar? ¿Reír? ¿Cantar? ¿Sufrir? Disfrutemos nuestra propia estupidez. Después de todo somos un par de estúpidos haciendo una y otra imbecilidad. Sentémonos juntos y miremos nuestra historia disfrutemos de alguna mezcla pseudo alucinógena y vivamos lo que nos toca vivir.