Manías

Siempre he tenido muchas manías, algunas más extrañas que otras y otras tantas un tanto locas. Cuando tenía cinco años antes de entrar a la escuela daba tres vueltas antes de entrara a la sala de clases (mamá me llevó donde un doctor con el cual solo hablaba y jugaba, eso sí era raro). Cuando tenía ocho y durante un tiempo muy largo evité pisar las rayas del pavimento, cosa que a menudo suelo seguir haciendo. Cuando tenía trece años, mis manos debían estar siempre impecables, un jabón y guantes aun en verano eran mis compañeros todo el día. A los quince años decidí agradecer con beso en la mejilla a todo aquel que hiciese algo que me emocionara, agradezco no haber sido un niño demasiado emotivo ya que hubiese sido algo bastante vergonzoso y solo besé a unas cuantas personas.
Cuando cumplí diecisiete, me dije a mismo que cada vez que mirase a alguien y no supiese que decir, le dedicaría una sonrisa y así lo he hecho hasta ahora. Pero últimamente tengo una manía un tanto extraña aun para mi, suelo hablar con un pseudo gemelo, una especie de alter ego, con el cual mantenemos largos debates y conversaciones un tanto complicadas y existencialistas.
Quizá estoy creando personalidades múltiples y me este volviendo loco, pero ¿Quién sabe? Tal vez solo sea otra loca manía de ser diferente o hacer algo especial.