Hipómano

Las cosas siempre cambian. Mi ánimo es el ejemplo más claro de lo que digo. Paso del llanto a la euforia con unas simples palabras. Tengo un problema, lo tengo claro. Quiza sea mi naturaleza o tal vez sea no sé que cosa.
Bueno, al punto. Quiero gritar, pero esta vez de alegría. Hoy, el cielo aparece ante mi con un color cálido e inexplicable.
La brisa que siento cuando asomo mi cabeza a la ventana del piso 26 se siente más fresca que de costumbre. Tal ves sea porque aquí no hay tanto smock, en realidad no lo tengo claro. Sólo sé que a diferencia de ayer, mi ánimo mejora. Ahora, el estado "predual" en que me encontraba parece lejano y con unos cuantos toques de humor negro.
¡Ha! ¡Pensar que esto es lo que soy! Es un disparate estar junto a mí. Tú ya o debes saber ¿o no? Suelo sacarte de quicio, lo sé. Espero que no te enojes pero eso, en estos momentos me resulta gracioso.
Pero de todas formas, extraño tenerte cerca, extraño acariciar tu rostro y mirarte a los ojos (que no está de más decir, me fascinan). Extraño tus brazos a traves de mi cintura y tu rostro enterrado en mi cuello. Te extraño a ti, bobo que me quitas el sueño.